La camarera se acerca y me dice con cara de desprecio:
- Sí, soy lesbiana pero no eres mi tipo.
- Vale, solo quería otra ronda pero ya nos cambiamos de bar mejor.
¿Por qué hasta las propias lesbianas nos creemos los estereotipos y mitos que circulan sobre nosotras? Que no todas las lesbianas estamos super salidas y vamos por ahí buscando sexo o ligarnos a cualquier camarera o fémina en general. Y desde luego si quisiera ligar no lo haría con una camarera, que luego te pegas el calentón y tienes que esperar a que cierre el bar para que, tal vez, te lo quite, o tal vez, solo la acompañes a su casa. Mira a tu alrededor, el puto bar está lleno de lesbianas borrachas con ganas de fiesta, por dios santo.
Eso me pasa por salir a tomar copas en bares de ambiente.
Lo peor fue cuando volvía a casa, me salen dos tíos y me dicen, danos el móvil.
- Vale, pero no me llaméis antes de las doce que estaré durmiendo.
Al que estaba detrás le hizo gracia, pero al de delante no, y me sacudió una hostia que flipé en tecnicolor y dolby soundround. Pero al día siguiente su hermana, que está muy buena por cierto, apareció en la puerta de mi casa a devolverme mi cartera y mi móvil y terminamos enrollándonos. … No, en serio, eso lo soñé en el hospital mientras me recuperaba del coma.
Y allí estaba esa pareja de policías, una chica guapísima y un vejestorio con cara de salido, lo típico vamos.
- Sus amigos nos han contado lo sucedido pero necesitamos una declaración suya para comenzar las actuaciones.
- Desde el momento en que te vi supe que te amaría para siempre, ¿le vale esa declaración? ¿cuándo empieza la actuación? ¿habrá payasos?
No les hizo gracia, pensé que la gente carecía de sentido del humor. Mírame a mí, con el tabique roto, o así lo sentía y bromeando, y esos dos con cara de estreñidos.
-¿Puede decirnos que le han robado y hacer una descripción de los sujetos?
- Pues sinceramente recuerdo poco más que un puñetazo en mi cara. Y como ahora mismo estoy casi desnuda, no sé si me lo han robado todo aquí o fueron los cacos. Supongo que se llevaron la cartera y el móvil. Pero mi cartera estaba vacía, no tengo tarjetas de crédito ni nada y la pasta ya me la había pulido, por eso me iba para casa. Y bueno, el móvil era de tarjeta y estaba casi sin saldo, así que básicamente la pérdida es el DNI, que tendré que renovarlo y el móvil, que tendré que comprar otro.
Entonces vi como la enfermera se descojonaba de la risa.
- No se preocupe usted por el móvil, está entre sus cosas personales. Claro, que viendo que es un modelo de la posguerra lo raro sería que se lo llevaran.
Muy bien señora, muy bien por hundirme en mi miseria, pero sepa usted que ese ladrillo tiene un gran valor sentimental para mí, que es lo que se suele decir por no reconocer que no tienes un duro para comprarte algo mejor.
En fin, que me tocó denunciar el robo del DNI y renovarlo, foto incluida, con lo que odio hacerme fotos. Eso sí, saqué algo bueno. Declaré que estaba traumatizada por el suceso y ahora voy una vez por semana a una psicóloga que está buenísima. Creo que nunca superaré este trauma.
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